La Economía de Impacto (o Economía con Propósito) hace referencia a aquella actividad económica que contribuye a generar un impacto social y medioambiental positivo.
Se caracteriza por los objetivos expresos de impacto social que persigue, la efectiva medición de su consecución y la sostenibilidad financiera de las organizaciones que la practican. Es, pues, una economía de mercado que se basa en la efectividad y la eficiencia del mercado, en el emprendimiento y la competitividad. Permite a los individuos y a las organizaciones la libertad para perseguir sus propias ideas y proyectos, sus propósitos, siempre que sus participantes puedan, de manera simultánea, satisfacer sus deseos y tener un impacto positivo sobre la sociedad y el planeta como recoge la Impact Economy Foundation: